La grasa es buena.

La grasa es necesaria para que el metabolismo y el sistema hormonal o endocrino funcionen correctamente. Es un macronutriente que aporta energía (para consumir y para almacenar), también ayuda al buen funcionamiento del cerebro, de las hormonas y ayuda a mejorar la fertilidad entre otras cosas.

El problema de las grasas es que son altamente calóricas, es decir, si comparamos las grasas con los otros dos macronutrientes (proteínas y carbohidratos) 1 gramo de grasa tiene 9 calorías mientras que las proteínas y los carbohidratos sólo tienen 4 calorías por cada gramo.

Por ello, hay que moderar el consumo de grasas, pero para llevar una dieta equilibrada nunca tenemos que suprimirlas.


Debemos moderar el consumo de:

 - Las grasas transaturadas, éstas no se dan en la naturaleza, son aquellas generadas por el hombre. Por ejemplo la margarina que proviene de aceite vegetal hidrogenado (procesado). 

 - Las grasas sometidas a temperaturas muy altas como las frituras 

  - Las grasas que incluyen las piezas de carne como los filetes de ternera (la grasa sólida que los rodea, es mejor no consumirla).

Debemos moderar este tipo de grasas ya que por su composición (grasas de cadena larga), el cuerpo tiende a almacenarlas en vez de utilizarlas como fuente de energía.

Beneficios de las grasas:

- Mejoran la sensibilidad a la insulina. Las células tienen una capa que las recubre formada a partir de grasa. Esta capa depende del tipo de grasa que consumamos, es decir, si consumimos grasa buena esa capa será muy eficiente y la respuesta a la insulina también. El cuerpo sólo necesitará segregar una cantidad pequeña de insulina para que las células sean receptivas al azúcar. Por el contrario, si la capa está formada a partir de grasas malas, la sensibilidad a la isnulina será pobre y el páncreas tendrá que segregar mucha más cantidad de insulina para que las células puedan absorver el azúcar que necesitan.
El principal problema de segregar demasiada insulina es el aumento de peso al no quemar grasas con eficiencia y también se aumenta el riesgo de padecer diabetes de tipo II.

- Son una fuente de energía que no eleva la insulina. Como alternativa a los carbohidratos, en caso de tener poca sensibilidad a la insulina si tenemos que reducir su consumo (nunca eliminar de la dieta ninguno de los macronutrientes) para no aumentar demasiado de peso podemos contrarestarlo con grasas buenas para que no haya un desequilibrio hormonal y el nivel de energía se mantenga.

- Ayudan a controlar el apetito. Las grasas propician un ambiente hormonal equilibrado, evitando que nos entre ansiedad. Además, nos dan sensación de saciedad con lo cual es muy interesante incluir grasas buenas en la cena ya que pasan muchas horas hasta la siguiente comida y así evitaremos que nos entre hambre de madrugada. Además

- Mejoran el funcionamiento cerebral. Las grasas tienen propiedades antidepresivas, mejoran nuestro estado de ánimo (sobre todo el omega 3)


En próximos posts os contaré cómo bajar de peso consumiendo grasas saludables y qué alimentos las contienen.

Espero que os haya gustado. ¡Hasta la próxima!


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